EL TIEMPO NO TE HARÁ OLVIDAR, TE HARÁ MADURAR Y ENTENDER
A menudo nos encontrarnos pensando en cosas que ya no deberían importarnos o sintiendo algo que no deberíamos sentir. A veces los recuerdos son como sombras que nos persiguen, que se suben a nuestra espalda y que nos impiden seguir. Estas sombras a veces son tan tormentosas que bloquean nuestra alma. Es decir se convierten en esa piedra con la que tropezamos una y otra vez, con la que nos “encariñamos pero detestamos”. Deseamos no tenerla en nuestra vida pero, sin embargo, no nos imaginamos la existencia sin ella.
Resulta bastante insensato pensar que puedes amar de verdad algo con lo que te tropiezas y te haces daño. Y es que en realidad el tiempo te hace entender que superar el pasado no consiste en olvidarlo, sino en comprenderlo. Se dice que la vida tiene tres accidentes geométricos que debemos evitar: los círculos viciosos, los triángulos amorosos y las mentes cuadradas.
La vida es tan buena maestra que si no aprendemos la lección, esta se encargará de repetírnosla. Por esta razón muchas veces tenemos que lidiar con la desesperación y la frustración de que nada va bien. Con el tiempo aprendemos a manejarnos por la vida, a saber donde pisar y que camino elegir. Jorge Luis Borges nos dejó este bonito texto que ejemplifica todo aquello que aprendemos practicando, es decir tropezando y levantándonos una y mil veces más.
Con el tiempo aprendí la sutil diferencia que hay entre tomar la mano de alguien y encadenar un alma. Con el tiempo aprendí que el amor no significa apoyarse en alguien y que la compañía no significa seguridad.
Con el tiempo… empecé a entender que los besos no son contratos, ni los regalos promesas. Con el tiempo aprendí que estar con alguien porque te ofrece un buen futuro significa que tarde o temprano querrás volver a tu pasado.
Con el tiempo… te das cuenta de que casarse solo porque “ya urge” es una clara advertencia de que tu matrimonio será un fracaso. Con el tiempo comprendí que solo quien es capaz de amarte con tus defectos, sin pretender cambiarte, puede brindarte toda la felicidad que deseas.
Con el tiempo te das cuenta de que si estas al lado de esa persona solo por acompañar tu soledad, irremediablemente acabarás no deseando volver a verla. Con el tiempo te das cuenta de que los amigos verdaderos valen mucho más que cualquier cantidad de dinero.
Con el tiempo entendí que los verdaderos amigos se cuentan con los dedos de la mano, y que el que no lucha por ellos tarde o temprano se verá rodeado solo de amistades falsas. Con el tiempo aprendí que las palabras dichas en un momento de ira pueden seguir lastimando a quien heriste, durante toda la vida.
Con el tiempo aprendí que disculpar cualquiera lo hace, pero perdonar es solo de almas grandes… Con el tiempo comprendí que si has herido a un amigo duramente, muy probablemente la amistad jamás volverá a ser igual.
Con el tiempo te das cuenta que aunque seas feliz con tus amigos, algún día llorarás por aquellos que dejaste ir. Con el tiempo te das cuenta de que cada experiencia vivida con cada persona, es irrepetible.
Con el tiempo te das cuenta de que el que humilla o desprecia a un ser humano tarde o temprano sufrirá las mismas humillaciones o desprecios multiplicados al cuadrado. Con el tiempo aprendía construir todos tus caminos en el hoy, porque el terreno del mañana, es demasiado incierto para hacer planes.
Con el tiempo comprendí que apresurar las cosas o forzarlas a que pasen ocasionará que al final no sean como esperabas. Con el tiempo te das cuenta de que en realidad lo mejor no era el futuro, sino el momento que estabas viviendo justo en ese instante.
Con el tiempo verás que aunque seas feliz con los que están a tu lado, añoraras terriblemente a los que ayer estaban contigo y ahora se han marchado. Con el tiempo aprendí que intentar perdonar o pedir perdón, decir que amas, decir que extrañas, decir que necesitas, decir que quieres ser amigo…. ante una tumba…, ya no tiene ningún sentido…
FUENTE: Consejos del Conejo
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